Felipe de Edimburgo
Tortura innecesaria: el cruel tratamiento que Freud probó con la madre de Felipe de Edimburgo
Alicia de Battenberg padeció varios trastornos mentales.En la realeza británica abundan las historias fascinantes y los personajes enigmáticos, cuyas historias de vida no comulgan con las tradiciones y protocolos más antiguos. Un claro ejemplo sería la princesa Alicia de Battenberg, la madre de Felipe de Edimburgo.
Alicia fue bisnieta de la reina Victoria e hija de Luis de Battenberg y Victoria de Hesse, quien tenía algunos vínculos con el zar de Rusia. Sin lugar a dudas, un árbol genealógico muy influyente.

Al pasar la mediana edad, Alicia comenzó a sufrir algunos delirios que la llevaron a adoptar un fanatismo religioso muy extremo. De hecho, la madre de Felipe solía rezar durante horas de una manera muy apasionada, pues decía que Jesucristo la había escogido como su esposa.
La familia de Alicia se comenzó a preocupar cuando su fanatismo la llevó a convertirse a la religión ortodoxa y decidieron buscar ayuda psiquiátrica, ya que presumían que algo no andaba bien en su mente. Es acá donde Sigmund Freud pasó a formar parte en la triste historia de la madre del consorte de Isabel II.

El padre del psicoanálisis concluyó que la demencia de Alicia se debía a la menopausia y decidió ordenar un cruel tratamiento de castración en el que sus ovarios fueron sometidos a una intensa radiación, una práctica que actualmente es considerada como una tortura innecesaria.
Los últimos días de la madre de Felipe de Edimburgo transcurrieron entre rumores de demencia senil y obras desiteresadas de caridad, pues fundó una orden de enfermeras religiosas. Alicia falleció en diciembre de 1969 en el Palacio de Buckingham, sin dejarle ningún bien a su descendencia.